Por Laura Schroeder
Traducido por Pilar Espitia
Mi gran confesión
Soy fan del reggaetón. Ya éstá, lo dije.
Nada me hace bailar tanto como el bajo palpitante y el seductor ritmo del popular reggaetón, y no hay nada como una canción clásica de Daddy Yankee o de Don Omar para llenar la pista de baile de caderas danzantes y pies que se mueven. A lo mejor tiene que ver con los gratos recuerdos de mis viajes a República Dominicana y Perú, y mi año como becaria Fulbright en Colombia, lo que alimentó mi afinidad con el dembow de este género musical y sus letras dichas con frenetismo. A lo mejor, simplemente, el reggaetón es propicio para el baile.