Escrito por Alexia Rauen

Traducido por Pilar Espitia

Como en gran parte del mundo, la pandemia de la violencia contra la mujer también ha azotado a Puerto Rico. En enero de 2021, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, declaró un estado de emergencia para responder. En mayo de 2021, los puertorriqueños se tomaron las calles para protestar después de que dos feminicidios ocurrieran. Andrea Ruiz fue asesinada por su ex-novio, Miguel Ocasio, después de que no pudo obtener una medida cautelar, y Keishla Rodriguez fue asesinada por el boxeador Felix Verdejo después de confesarle que estaba embarazada de él. La indignación frente a la violencia de género ha llegado incluso hasta Bad Bunny, el artista puertorriqueño de música trap, y cuyo video musical “Solo de mi” muestra a una mujer cada vez más llena de moretones y sangre a punto de salir del escenario, lo que hace presumir al espectador representa el abandono de su agresor. Pero para muchas mujeres en Puerto Rico, hay pocas opciones o protecciones para aquellas que desesperadamente tratan de escapar. De acuerdo con NBC News, las cortes de Puerto Rico han negado el 68% de las medidas cautelares requeridas en los últimos nueve meses.

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Por Linda E. Moran, Ph.D. 

Traducción por Pilar Espitia, Ph.D. 

Resumen: La investigación de Elsa Chaney publicada en 1971 sobre el compromiso político femenino en Latinoamérica le aseguró su legado como pionera del campo. Por décadas, también proporcionó un punto de partida a investigadores cuyas teorías evolucionaron con el modelo de la supermadre. Los desarrollos sociopolíticos del siglo veintiuno, de ahora en adelante, cuestionan la viabilidad de este modelo. Esta discusión sugiere una reestructuración del modelo: una “adaptación de las especies” con capacidades mejoradas: La supra-madre.